A las 11 habíamos quedado con Darío, un "chaval" de nuestro pueblo que trabaja en la ONU.

Se encargó de reservarnos las entradas y la visita guiada en castellano.

Nos sorprendió la cantidad de grandes obras de arte que habían ido regalando los distintos países.
También las grandes salas de reuniones donde en teoría intentar solucionar los grandes problemas del mundo, como las guerras y el hambre, aunque visto como está el mundo parece que tendrían que hacer mucho más.

De todas formas la visita fue interesante y nos hizo pensar en lo grande que es el mundo y las grandes, y tristes, diferencias que existen entre unos lugares y otros.
A las 13,30 habíamos terminado y cogimos el metro hasta el Museo de Historia Natural, al oeste de central Park. LLegamos sobre las 14,30 y nos pusimos a buscar un sitio para comer. Vimos el "Uno Chicago Grill" y entre la hora que era, la pinta que tenía y con ese nombre, a las 14,33 ya estábamos sentados.

El local parecía un poco al de "Cheers" y habían ensaladas, carne, pasta, todo bastante bueno. En todas las mesas en lugar de cartas habían tablets con todo el menú, incluso podías pedir desde ellas la comida o bebidas adicionales o el postre.
Hicimos un poco de sobremesa y las 16,30 entramos al Museo con muchas reproducciones de animales de todo el mundo en su entorno natural, aunque lo más espectacular son los esqueletos de dinosaurios de dimensiones absolutamente increíbles. Que curioso que no se hable de ellos en ninguna de las religiones de todo el mundo.
